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9 de septiembre, 2025 - Sala de Prensa, Progressa Financieramente
4 claves para manejarlo con responsabilidad
En la vida financiera de cualquier persona, el crédito puede ser una herramienta fundamental. Gracias a él, es posible acceder a bienes y servicios que de otra manera tardaríamos años en alcanzar: desde financiar una carrera universitaria, mejorar el hogar, emprender un negocio o, incluso, responder a una urgencia médica.
Pero también es cierto que, cuando se maneja sin cuidado, puede convertirse en un problema difícil de sobrellevar. Altas deudas, intereses acumulados y estrés financiero son algunas de las consecuencias de usar el crédito sin responsabilidad.
En Progressa Financieramente creemos que el crédito no debe ser visto como un “enemigo”, sino como un aliado estratégico que, bien administrado, impulsa tus sueños y proyectos. Por eso, queremos compartirte 4 tips prácticos y efectivos para manejar tu crédito de forma responsable.
Antes de pasar a los consejos, vale la pena reflexionar: ¿qué significa realmente usar el crédito con inteligencia?
Manejar bien tus créditos significa:
Conocer hasta dónde puedes endeudarte sin afectar tu calidad de vida.
Evitar que tus finanzas se conviertan en una cadena de pagos sin fin.
Tener acceso a mejores oportunidades financieras en el futuro, como tasas más bajas o montos más altos.
Sentir tranquilidad y confianza en lugar de preocupación constante.
Un crédito puede ser el puente que te acerque a tus metas o el obstáculo que te detenga. Todo depende de cómo lo uses.
El primer paso para manejar un crédito con responsabilidad es tener claridad sobre cuánto puedes pagar mensualmente sin que tu presupuesto se desestabilice.
Los expertos recomiendan que el total de tus deudas no supere el 30% de tus ingresos mensuales. Por ejemplo:
Si ganas $2.000.000, el máximo recomendado para cuotas de créditos sería de $600.000.
Superar este porcentaje puede comprometer tu capacidad de cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda o transporte.
👉 Antes de aceptar un crédito, analiza tu presupuesto y pregúntate: ¿puedo pagar esta cuota todos los meses sin dejar de cubrir lo esencial?
Muchas personas piensan que al tener un crédito deben olvidarse del ahorro, pero la realidad es que ambos se complementan.
El ahorro funciona como un respaldo para imprevistos: si tuvieras una emergencia, no tendrías que recurrir a un nuevo crédito para solucionarlo.
También te da la posibilidad de adelantar pagos extraordinarios y reducir intereses.
Imagina que destinas el 10% de tus ingresos a un ahorro paralelo mientras pagas tu crédito. En unos meses, podrías usar ese dinero para abonar al capital y acortar el plazo de tu deuda. Así no solo terminas antes, sino que pagas menos intereses.
El crédito está diseñado para apoyarte en metas importantes o necesidades reales. Usarlo para compras impulsivas o gastos que podrías cubrir con tus ingresos regulares puede generar un círculo de endeudamiento.
Ejemplos de buen uso del crédito:
Comprar una moto para transportarte al trabajo y reducir costos de movilidad.
Financiar un curso o diplomado que aumente tus oportunidades laborales.
Mejorar tu vivienda o invertir en un emprendimiento.
Ejemplos de mal uso del crédito:
Comprar ropa o accesorios de moda que no son prioritarios.
Endeudarte en celebraciones excesivas.
Pagar vacaciones sin tener un plan para cubrir la deuda después.
👉 Antes de usar el crédito, hazte la pregunta: ¿este gasto mejora mi vida a largo plazo o es solo un gusto momentáneo?
La puntualidad en el pago de tus cuotas es clave para mantener un buen historial crediticio. Esto no solo evita cobros por intereses de mora, sino que también abre la puerta a futuros créditos en mejores condiciones.
Beneficios de pagar puntualmente:
Te conviertes en un cliente confiable para las entidades financieras.
Tienes acceso a montos más altos y mejores tasas de interés.
Evitas el estrés y la presión que generan los atrasos.
Un consejo práctico es automatizar tus pagos o programar recordatorios en tu celular. Así, nunca se te pasará la fecha de vencimiento.
Imagina que ganas $2.000.000 mensuales y deseas solicitar un crédito de libre inversión con una cuota mensual de $500.000.
Capacidad de pago:
El 30% de tu ingreso serían $600.000, por lo que tu cuota de $500.000 está dentro de lo recomendable.
Ahorro paralelo:
Si destinas $200.000 mensuales al ahorro, en un año tendrás $2.400.000. Podrías usar una parte para abonar al crédito y reducir el plazo.
Uso inteligente del crédito:
Decides usarlo para remodelar tu vivienda, lo cual incrementa su valor y tu calidad de vida.
Pago puntual:
Automatizas el débito de tu cuenta bancaria para evitar retrasos y mantener tu historial impecable.
Con estas acciones, tu crédito se convierte en un aliado que te acerca a tus metas, en lugar de ser una carga.
No mezcles todas tus deudas: Mantén claridad entre créditos de libre inversión, tarjetas de crédito y préstamos pequeños.
Refinancia cuando sea necesario: Si sientes que la cuota ya no se ajusta a tu realidad, acércate a tu entidad para buscar alternativas.
Educa a tu familia: Hablar de dinero en casa ayuda a que todos comprendan la importancia de manejar el crédito con responsabilidad.
Piensa a largo plazo: Cada cuota que pagas a tiempo es un paso hacia un futuro con más oportunidades financieras.
El crédito no es un peso que debas cargar, sino un trampolín que, bien administrado, puede ayudarte a saltar más alto hacia tus metas. La clave está en conocer tu capacidad de pago, mantener el ahorro como hábito, usarlo de forma consciente y ser puntual en los pagos.
En Progressa, queremos acompañarte para que cada crédito sea una decisión inteligente, alineada con tus sueños y tu bienestar financiero.
Recuerda: manejar tu crédito de forma responsable es construir tranquilidad hoy y abrir puertas para tu futuro mañana.
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